"La poesía" de Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-Ginebra, Suiza, 1986) es un escritor argentino, considerado una de las más importantes figuras de la literatura hispanohablante del siglo XX. Ahondó tanto en el cuento y ensayo como en la poesía, así mismo hizo fusiones de estos tres. Sus relatos breves ocupan un lugar significativo en la historia de la literatura universal.

Sus ficciones circulan por el conocimiento humano, su universo narrativo procede de su amplia biblioteca, las lecturas profundas acompañadas de un misterio propio del infinito conocimiento del mundo. Normalmente este autor nos introduce en un viaje  a través de tergiversaciones fantásticas y filosóficas. Sus obsesiones están presentes en su obra regularmente, como lo son el tiempo y sus irregularidades, el espejo, el libro imaginario, los laberintos y la búsqueda del nombre secreto.

El lenguaje es un hecho estético

Entre sus obras más sustanciales encontramos "Ficciones" (1944), "El Aleph" (1949) y "El hacedor" (1960). Aunque su obra sea considerada erudita esta es capaz de cautivar a cualquier lector, trasportándolo en un mundo fantasioso meramente desde la razón.

El libro es un ente cambiante que no es el mismo. Esto partiendo desde la mención del mito de Heráclito, el río nunca es el mismo, manifestando el río como el libro, jamás será el mismo al igual que la persona que lo lee, por tanto hay infinitos libros o versiones o interpretaciones del mismo río.

El lenguaje no da cuenta de la realidad

El autor nos dice que el lenguaje no alcanza para decir lo verdadero, por tanto se reduce al hecho estético. El lenguaje dice una parten de la realidad, pero crea otra, es ambiguo. Es la forma, limitada, como podemos percibir la realidad y transformarla en palabras. Por lo que, ni la narrativa ni la poesía son capaces de dar cuenta de la realidad. Pero estas nos hacen sentir con cada una de sus palabras, que a su vez son creación por sí mismas. Borges nos plantea esto introduciéndonos en el ejemplo de la palabra "luna" y lo que para él significa el pronunciarla en distintos idiomas, lo que siente y lo que le evoca.

La poesía se siente, y se siente feliz. Es una forma de felicidad que se encuentra en la grandeza de los versos por la ambigüedad inagotable de estos; cada vez que un individuo lee el texto este se transforma con la lectura y la persona o cuando el poeta interpreta el mundo y recuerda aquel poema oculto en él. Es un texto eterno que se torna por que va más allá del sentido del mismo.