- Escrito por Edwin Umaña Peña
- Publicado en Cómic y novela gráfica
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"Maus" de Art Spiegelman: Las catacumbas de la crueldad en el espíritu humano
La novela gráfica “Maus” del dibujante estadounidense Art Spiegelman cuenta la historia de su padre, Vladek Spiegelman, un judío polaco sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz. Es la historia de cómo logró salir vivo de este campo de concentración y la historia de su mujer Anja, madre del autor, que se suicidó años después, cuando Art Spiegelman era un joven dibujante. Al mismo tiempo el lector se entera de la vida del autor, de la relación con su padre, bastante tensa, y de los conflictos y traumas generados por el suicidio de la madre.
Esta novela gráfica cambió por completo la historia del cómic, al ser la primera obra de esta forma artística en ganar el Premio Pulitzer, en 1992. Es un relato gráfico que lleva a los límites el lenguaje del cómic, lo hace una forma magistral para ahondarse en un tema que representa las profundidades de la maldad y la crueldad humanas, como lo fueron el auge del racismo y las ideas fascistas en Europa, así como los campos de exterminio y la Segunda Guerra Mundial. Se trata sin duda de una de las grandes obras artísticas del siglo XX.
Como novela gráfica, el uso de los recursos propios de esta forma artística, dibujo, trazo y texto, es llevado a su máxima expresión, dejando en evidencia la potencialidad del lenguaje del cómic. Al mismo tiempo la historia narrada tiene un carácter cruel y desolador pues nos cuenta la historia de un hombre que sobrevivió al programa de exterminio racial más brutal y salvaje que ha emprendido el ser humano. La historia de “Maus” es la historia del holocausto judío, mil veces contada, mil veces escuchada, mil veces vista en el cine, la televisión o el teatro, miles de veces nombrada, pero que en “Maus” se hace única. Pocos relatos sobre el holocausto logran transmitir la crueldad y brutalidad humanas como este y esto se debe a la forma como el autor ha usado los recursos gráficos del cómic. A partir de un acercamiento al dibujo voy a abordar diversos aspectos de la obra que permiten ver sus alcances.
El dibujo expresionista
Las viñetas de “Maus” están dibujadas en blanco y negro, con un trazo en apariencia simple donde las formas de los animales se acercan a las formas básicas de la geometría. No se trata de un dibujo realista ni sobrecargado de elementos. El blanco y negro marca el tono general de la obra, con claros y oscuros, una historia de dolor y muerte que también representó un “exorcismo” personal del autor.
En la representación gráfica de los personajes es posible encontrar otros elementos de análisis. La representación con apariencia animal de los judíos como ratones, los alemanes como gatos, los polacos como cerdos, los estadounidenses como perros y los franceses como ranas ilustra en toda su crudeza el pensamiento racista y la locura del fascismo que se apoderó de la humanidad en aquellos años. Esta brillante estrategia permite ver que el lector entienda la dimensión de lo que fue el racismo en Europa. No había seres humanos, se trataba de hombres y mujeres diferenciados por su aspecto físico como si se tratara de diferencias animales.
Es significativo además que los ratones sean los judíos, justo un animal despreciado, vinculado con los desechos, la basura. En este sentido impresionan las viñetas donde tenemos cientos de judíos muertos, ya sea en los trenes, en los campos de concentración o en las calles de las ciudades, asesinados y dejados como ratas, como desechos. La contraparte, los gatos, aumenta la significación de este recurso. Los gatos son los alemanes, quienes cazan a los ratones judíos.
La representación animal de los personajes cuenta una historia de gatos cazando ratones ante la indiferencia de los otros animales. Los ratones son señalados, acorralados, perseguidos hasta su captura en masa. Cientos y miles de ratones, retenidos, hacinados en los trenes, hacinados en los campos de concentración, muertos por enfermedades, por debilidad, por hambre, desnutrición, asesinados con veneno en las cámaras de gas, fusilados, quemados en hornos crematorios. Cientos de cuerpos de ratones muertos acumulados en algún rincón, para luego ser enterrados en inmensas fosas. Imagen patética de la historia de la humanidad: seres humanos eliminados como ratones, como desechos, enterrados como basura.
Usar los rostros de animales para representar a los seres humanos guarda una gran ironía que en ciertos momentos se hace mayor cuando el lector ve a personajes como Vladek, y otros judíos, haciéndose pasar por polaco llevando una máscara de cerdo. La simpleza del dibujo, desprovisto de ornamentos innecesarios permite ver en toda su dimensión el horror al que llegó el ser humano en el esplendor del proyecto del hombre moderno.
El dolor de Art Spiegelman
Como se mencionó antes, “Maus” no sólo cuenta la historia de supervivencia de Vladek Spiegelman. El lector se entera de la vida del autor Art Spiegelman, de la relación con su padre, del suicidio de su madre y de la figura espectral de su hermano Richeu, quien fue víctima del holocausto, en suma, de la forma como él, el autor, también fue afectado por lo ocurrido. La dimensión de este sentimiento bajo la mirada del artista se ve en todo su esplendor en la sección donde cuenta la muerte de Anja, su madre.
Se trata de un cómic del autor en el que nos cuenta acerca del suicidio de su madre por medio de una historieta. El cómic, llamado “Prisionero en el planeta infierno. Un caso clínico” muestra a Spigelman recluido en un hospital psiquiátrico mientras relata el desequilibrio mental de su madre. Aquí el dibujo es completamente diferente al de la historia de Vladek. En este caso el dibujo representa seres humanos de una forma realista aunque con un manejo de la viñeta y el trazo con una gran influencia de la pintura de autores como Munch. Es un dibujo más elaborado en detalles pero también con un fondo sombrío en el que se observa el dolor de un hijo por no haber comprendido a una madre que no soportaba la vida, abrumada por las huellas emocionales y psicológicas del holocausto. No es difícil extrapolar estas ideas para ver a “Maus” como la forma en que Art llega a entender lo que vivieron sus padres.
Los conflictos en el proceso de la escritura también se relatan en la narración, conforman una segunda línea narrativa donde se manifiesta la autoconciencia del autor. La mirada de Spiegelman es descarnada consigo mismo y con su padre. El autor no tiene intenciones de mostrar a su padre como una víctima, Vladek Spiegelman es un judío con grandes defectos. Vladek es un hombre ávaro, tacaño, desconfiado, racista, prejuicioso, y de mal carácter con su segunda esposa.
Art, el autor, nació después de los hechos narrados, después de la Segunda Guerra Mundial, forma parte de la primera generación de la posguerra que no vivió esos hechos horrendos. De esta forma también hay una mirada crítica hacia el colectivo judío. El holocausto también llevó a que los judíos se enfrentaran entre sí por sobrevivir, no se trató de una historia heroica de supervivencia, se trató de seres humanos llevados al límite y donde la supervivencia se transforma en un ejercicio de crueldad e individualismo. Se salvaron los que lucharon y la lucha fue inhumana.
Vladek Spiegelman
En la compleja figura de Vladek Spiegelman podemos ver la dimensión de la resistencia humana por un lado y de la crueldad humana por el otro. En “Maus” se ve la forma en la que poco a poco el sentimiento antisemita se comienza a apoderar de la sociedad. En el devenir de la obra el lector se entera, extensivamente y con detalle, del lento proceso que llevó a la materialización del foso negro de la humanidad representado en el campo de concentración de Auschwitz. La silenciosa aparición del sentimiento antisemita y su imperceptible expansión en la sociedad polaca, que va de parecer algo reprobable a ser una práctica generalizada y pública, constituye la aparición y primer avance de la fuerza oscura que amenaza a los protagonistas y al mismo tiempo impone el conflicto básico que guía toda la narración: sobrevivir.
Sobrevivir al horror. Sobrevivir a la persecución, a la paulatina desaparición de la libertad, de los amigos, de los conocidos, del trabajo, de los familiares lejanos y luego de los cercanos. Sobrevivir a la traición de los semejantes, de la gente cercana, de los mismos judíos que en esa lucha por la supervivencia entregaron a otros judíos, sobrevivir al impacto de saberse inmerso dentro del juego de la supervivencia y su lógica perversa y desalmada en la que la insolidaridad es la expresión del individualismo por salvar el pellejo propio y el de los familiares. Sobrevivir a la indiferencia de los otros que veían, vivían, y sabían de las atrocidades que se cometían y que no hacían nada para evitarlo, que sucumbían ante la imposición ideológica con cualquier excusa, válida o falsa, esos otros que sucumbían a la indiferencia. Sobrevivir al primer embiste de la peor esencia del ser humano.
El conflicto de Vládek, el personaje, es sobrevivir. El conflicto de Art, el escritor, es entender a su padre, reconciliarse con su pasado. Dos conflictos, opuestos pero diferentes, que se trazan dentro del entretejido de la trama y que tiran de la tensión hacia uno y otro lado, generando un diálogo con el lector, un diálogo con la historia de la humanidad y con el devenir contemporáneo, un diálogo generacional en el que también están involucradas las relaciones entre padres e hijos y la forma como los hijos reciben, viven y sienten el testimonio de los padres. Al final, al observar a Vladek, su dureza, su racismo, su desconfianza y avaricia y luego escuchar en las viñetas sus gritos de horror y dolor en la noche, ya siendo un hombre anciano y solitario marcado psicológicamente por el holocausto, el sentimiento que el lector tiene por el padre del autor es el de la compasión.
“Maus” reconstruye una realidad visual que sólo presenciaron los testigos - víctimas del momento más oscuro de la humanidad occidental. Una realidad que luego los nazis intentaron borrar. La memoria visual del holocausto es limitada, los testimonios, novelas y obras al respecto intentan dar cuenta de la dimensión del horror vivido. Sin embargo “Maus” dibuja al lector las catacumbas del horror y la crueldad que habitó en el interior del espíritu humano, logra transmitir la brutalidad, el espanto y desolación de una forma diferente, lo hace a través del uso magistral de las herramientas de cómic gracias al inmenso talento y sensibilidad de su autor, Art Spiegelman.
Edwin Umaña Peña
Escritor, guionista y docente universitario.
Autor del libro de cuentos "Amor Sexo Decepción" (2021) y de la novela "La conspiración de los farsantes" (2017).