La Calle de Escribano de Tunja

Digamos que en la madrugada el escribano se hallaba muy cómodo para buscar palabras. Posiblemente en esas horas tan solas y frías para muchos, se entretenía entre letras, tintas y plumas, en la muy reciente ciudad andina de Tunja.
 
La historia asegura que le gustaba fomentar las artes y la cultura en su pequeña ciudad. Nada se sabe de sus gustos mundanos. Al parecer; el escribano Juan de Vargas no frecuentaba los ámbitos del exceso. Su nombre sobrevivió a los olvidos de su siglo al promover las artes, la amistad con el cronista Juan de Castellanos, y su casa estacionada en la geografía de una calle que recuerda el oficio del escriba.
 
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